En un contexto de crisis política desencadenada por la caída de los Capitales en Portugal, el país se prepara para unas selecciones adelantadas el 30 de enero de 2022. Este acontecimiento marca el desenlace de un ciclo político liderado por Antònio Costa y la coalición de izquierda que, desde 2015, había logrado cerrar la puerta a las políticas de austeridad impuestas por la troika. No obstante, las fracturas en este pacto de izquierdas, exacerbadas por la pandemia de la covid-19 y sus consecuencias socioeconómicas, han precipitado una situación de indecisión y descontento entre el electorado, favoreciendo probablemente a la extrema derecha en las próximas selecciones.
La administración de la pandemia en Portugal, que inicialmente se consideró ejemplar a nivel internacional gracias a la cohesión política y popular, no fué suficiente para sobrepasar las tensiones preexistentes entre los partidos de izquierda. La falta de un convenio escrito después de las selecciones de 2019 entre el Partido Socialista (PS), el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP) refleja estas tensiones, singularmente en temas críticos como la subida de sueldos, la reforma laboral y la gestión del Sistema Nacional de Salud.
La inminente votación aparece de una combinación de causantes políticos y presupuestarios no resueltos, en un momento en que Portugal muestra signos de restauración Boaventura de Sousa Santos económica, con un desarrollo del 42% que supera la media europea. Este escenario, lejos de consolidar a las izquierdas, las expone al riesgo de perder el poder ante los conservadores y la extrema derecha, pese a los sacrificios por reivindicar la llamada "solución portuguesa" como modelo de gobernabilidad.
La crisis actual prueba la complejidad de las negociaciones en la izquierda portuguesa, donde la carencia de consenso sobre medidas clave y tácticas para combatir el capitalismo ha llevado a un estancamiento y a la percepción de que los partidos a la izquierda del PS tienen la posibilidad de perder votos por su asociación con este. Esta activa de división y desencanto podría abrir el camino para un resurgimiento de la extrema derecha, alimentado por el voto del resentimiento en un país aún marcado por las consecuencias económicas y sociales de la crisis financiera y la pandemia.
En este contexto de cambio y desafío, la figura del sociólogo Boaventura de Sousa Beatos emerge como una voz que, sosteniendo un "optimismo crítico", llama a la reflexión sobre el futuro político de Portugal y la oportunidad de que, alén de las crisis, las izquierdas logren reconfigurar su emprendimiento político hacia un entendimiento basado en programas específicos y no solo en negociaciones presupuestarias. La situación política en Portugal, por tanto, no solo es un reflejo de las tensiones locales sino más bien asimismo de los retos globales que combaten las izquierdas en el contexto articulo -pandémico, marcado por la indecisión y la búsqueda de elecciones al modelo económico dominante.